Los empresarios y trabajadores del sector del retail en Cataluña piden la reapertura inmediata de las tiendas de los centros comerciales para salvar empresas y puestos de trabajo. Argumentan, en un manifiesto, que Cataluña y algunas provincias de Castilla y León son el único lugar de toda Europa con las tiendas de los centros comerciales cerrados.
Este manifiesto –firmado por Foment Comerç, PIMEC Comerç, Barcelona Oberta, AECC (Asociación Española de Centros y Parques Comerciales), Comertia, Fundació Barcelona Comerç, ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución), Gremi Restauració de Barcelona, ABCcat (Agrupament de Botiguers i Comerciants de Catalunya), ACES (Asociación Española de Cadenas de Supermercados), Eurelia, ACOTEX, RetailCat, CECOT Comerç, ANCECO, Marcas de Restauració, AMICCA, CEC (ámbito estatal) y el Consell de Gremis de Comerç, Serveis i Turisme (ámbito autonómico)– afirma que «más de 3.000 comercios tuvieron que cerrar sus puertas el 30 de octubre y, de estos, el 85 % son pequeños negocios».
Las asociaciones firmantes argumentan que la imposibilidad de reactivar de inmediato la actividad pone en peligro la viabilidad futura de muchos de ellos. Aseguran que los centros comerciales y sus comercios han puesto todas las medidas necesarias para ser espacios seguros, «invirtiendo más de 3 millones de euros en controles de aforo, eliminación de los espadas de ocio, refuerzo de la vigilancia para el control del cumplimiento de las medidas, incremento de la limpieza de los espacios, renovación y calidad del aire, dispensadores de gel hidroalcohólico en todos los accesos, etc».
Comparan la situación con el resto de Europa, señalando que todos los gobiernos europeos y muy especialmente los de países como Francia y Alemania han permitido la apertura de los comercios de los centros comerciales porque consideran que «no son un espacio de riesgo» y porque su apertura permite reducir las aglomeraciones que se produzcan muchos puntos de las ciudades.
Las entidades tachan al Gobierno de la Generalitat de no haber sabido dar ninguna explicación veraz del porqué pueden abrir las tiendas, excepto las que están ubicadas en centros comerciales, ni siquiera cuando se han propuesto medidas más restrictivas que el resto. Y matizan que «es una decisión totalmente injusta e injustificada que conlleva un daño irreparable y ningún beneficio a la sociedad. Una decisión que crea una asimetría en la libre competencia sin ninguna justificación epidemiológica».
Por todo ello, el sector económico y las asociaciones de comerciantes solicitan a la Generalitat que tenga en cuenta la importancia de garantizar su viabilidad para mantener unos puestos de trabajo «de los que dependen miles de familias, y que ahora mismo penden de un hilo debido a las restricciones». Concluye el manifiesto de esta manera: «Esta puede ser la última oportunidad para el sector de salvar un año muy duro. Abrir ya es seguro, es justo y significa salvar empresas y puestos de trabajo».
