Tribuna firmada por Pablo Manuel García Corzo, experto en Venta Consultiva Especializada en Datos e Inteligencia Artificial en T-Systems.
El comercio electrónico sigue en auge. En el tercer trimestre de 2023, España superó los 21.000 millones de euros, un 15,2 % más que el año anterior, según los últimos datos de comercio electrónico disponibles en el portal CNMCData. En el sector de la moda, las compras online también se han consolidado por la comodidad que ofrecen las aplicaciones y la usabilidad de las páginas web. Pero, al mismo tiempo, han crecido de forma considerable las devoluciones online.
Informes de mercado estiman que las tasas medias de devoluciones en el sector minorista de la moda se sitúan en torno al 20 % – 30 % del total de las ventas online. En nuestro país, una encuesta de Statista revela que la ropa es el artículo que más se devuelve (25,1 %). Los motivos principales los encontramos en la talla y en un producto que no acaba de cumplir las expectativas de los usuarios.
El proceso de devolución, que puede resultar muy sencillo para los usuarios, acaba por afectar de forma significativa a la facturación de los negocios por, entre otros, el encarecimiento de costes. Una simple devolución suma variados gastos en las tiendas: reenvíos, recursos de logística, nuevo embalaje, manipulación y reposición de existencias… Lo que hace que los artículos devueltos pierdan valor y reduzcan los márgenes de beneficios de las marcas y establecimientos. Y a ello se unen los efectos negativos que, desde un aspecto tan sensible como el de la sostenibilidad, provocan todo el proceso asociado a las devoluciones que incide, por ejemplo, en un aumento directo de la huella de carbono.
La tecnología se posiciona como la solución idónea para abordar este reto y evitar un comportamiento que se ha convertido en frecuente para muchos usuarios. De hecho, según la patronal del transporte UNO, el año pasado el 41 % de los compradores realizó al menos una devolución (cinco puntos más que en 2022), siendo la moda el segmento que acumula la mayoría de los retornos (el 61 %). En este contexto, proveedores y desarrolladores tecnológicos se han aliado para ayudar a las empresas de moda y minoristas a reducir y evitar las devoluciones online y, al mismo, enriquecer la experiencia del cliente con una propuesta mucho más realista. La solución pasa por los innovadores probadores virtuales implementados en la nube, una herramienta, desarrollada con Realidad Virtual, con capacidad para mostrar diseños en 3D de alta calidad gráfica y definición, que están dando un vuelco en la industria.
Grandes marcas, líderes en el mercado, y establecimientos de moda están incorporando estos probadores virtuales con el objetivo de reducir las devoluciones y dar un nuevo respiro al sector. La irrupción de la IA Generativa ha traído nuevas oportunidades en estas soluciones, ya que permite a los consumidores contemplar cómo quedarían las prendas en un entorno visualmente realista y con un avatar que cada vez tendrá mayor parecido al cliente. Por tanto, les asegura hacerse una idea de cómo quedará la ropa sobre su tono de piel o combinada con otras prendas.
No obstante, un porcentaje de estas devoluciones tienen que ver con el tallaje, y aquí las soluciones basadas en IA generativa no pueden aportar información útil. Para responder a este desafío, es necesario implementar simulaciones físicas avanzadas hiperrealistas que tengan en cuenta no solo las dimensiones de la prenda y del cuerpo del cliente, sino también las propiedades elásticas y el peso de la ropa en cuestión. Estas simulaciones permiten visualizar animaciones, reproduciendo poses y movimiento al caminar por una habitación o subir unas escaleras. Esta tecnología posibilita, además, ver las texturas, apreciar el movimiento de las prendas con calidad, incluir mapas de calor en función de la composición de la ropa o incluso interactuar con las prendas en tiempo real. Nos encontramos, hoy en día, con una generación de realidad virtual que consigue un look hiperrealista y permite una experiencia fidedigna al consumidor desde el smartphone o el ordenador, evitando expectativas erróneas sobre el color o la elasticidad del tejido. Además, permite al consumidor tomar decisiones más acertadas con respecto a las prendas que prefiere comprar, lo que potencialmente evitará las adquisiciones de la misma prenda en dos tallas, y reducirá así las devoluciones.
Y más aún, la utilización de IA generativa se convierte en una pieza adicional que hace posible llevar a un siguiente nivel la interacción del usuario con el avatar que le representa, que se convierte así en un asistente virtual que, en lenguaje natural, no solo proporcionará información sobre cómo le encaja la ropa que se está probando en ese momento sino, en función del histórico del cliente, ofrecerá también recomendaciones de productos complementarios, transformándose en cierto modo en un personal shopper particular.
En resumen, con el impulso de los probadores virtuales, y las nuevas generaciones de los entornos inmersivos y avatares cada vez más pulidos e hiperrealistas, la industria conseguirá dar una respuesta real y efectiva a uno de los retos con mayor impacto en el sector de la moda, y al mismo tiempo, ofrecerá a los consumidores experiencias únicas virtuales que promoverán compras más sostenibles.
