Adoptar un enfoque estructurado en materia de ESG no solo puede ayudar a las empresas a cumplir los requisitos normativos, sino también a fomentar la lealtad a la marca, atraer a consumidores concienciados y mejorar la sostenibilidad a largo plazo.
Evaluar el impacto ESG actual y establecer objetivos claros
Antes de que los minoristas puedan mejorar, tienen que saber en qué punto se encuentran. Esto implica realizar una auditoría ESG para evaluar su huella medioambiental actual, sus prácticas laborales, su estructura de gobierno y su impacto social. Los minoristas deben evaluar el consumo de energía, la gestión de residuos, la transparencia de la cadena de suministro, el trato a los empleados y el compromiso con la comunidad.
¿Qué medidas pueden adoptar los minoristas?
– Realizar una evaluación exhaustiva de las operaciones, incluidas las prácticas de la cadena de suministro y la huella de carbono.
– Involucrar a las partes interesadas (empleados, clientes, proveedores) para recabar opiniones e identificar áreas de mejora.
– Establecer objetivos claros y medibles para cada categoría ESG (por ejemplo, reducir las emisiones de carbono en un 20 % para 2025, abastecerse del 50 % de los materiales de forma sostenible para 2026).
Integrar la ESG en la estrategia empresarial
La ESG no debe tratarse como una iniciativa separada o periférica. Para obtener el máximo impacto, debe integrarse en la estrategia empresarial general, desde el diseño del producto hasta la gestión de la cadena de suministro y el marketing. De este modo se crea una alineación entre los objetivos empresariales y la sostenibilidad. Para ello, los minoristas deben:
– Rediseñar productos y servicios pensando en la sostenibilidad (por ejemplo, reducir los residuos de envases, ofrecer líneas de productos más ecológicos).
– Asegurarse de que los socios de la cadena de suministro se adhieren a prácticas laborales éticas y a un abastecimiento sostenible.
– Invertir en tecnología y procesos que fomenten la eficiencia energética, reduzcan los residuos y mejoren la sostenibilidad general.
– Desarrollar una estructura de gobernanza ESG para supervisar el progreso y garantizar la responsabilidad en todos los niveles de la organización.
Comunicar los avances y crear transparencia
Los consumidores y los inversores dan cada vez más prioridad a las empresas con un firme compromiso en materia de ESG. La transparencia y una comunicación clara ayudan a generar confianza y a mostrar responsabilidad. Compartir periódicamente los avances mediante informes anuales sobre ESG, certificaciones de terceros o índices de sostenibilidad puede ayudar a generar credibilidad. Algunos pasos para lograrlo:
– Publicar periódicamente informes ESG, divulgando los indicadores clave de rendimiento (KPI) y los avances respecto a los objetivos.
– Participar en certificaciones de terceros para demostrar su compromiso.
– Fomentar una cultura de transparencia, alentando el diálogo abierto con las partes interesadas.
– Compartir la historia con los consumidores a través de las redes sociales, los sitios web y la publicidad para destacar los esfuerzos y el impacto.
Si se centran en estos pasos, los retailers pueden realizar progresos significativos en su estrategia ESG, fomentando el valor a largo plazo para su negocio, la sociedad y el medio ambiente. No se trata solo de cumplir las normas, sino de adaptar las prácticas empresariales a las expectativas de un mercado cada vez más consciente.
