La compañía de restauración valenciana Grupo Saona impulsa su expansión con la apertura de Tagomago NH Lagasca. El nuevo restaurante dispone de 315 metros cuadrados, con una capacidad para 100 comensales, ubicado en el madrileño Barrio de Salamanca, concretamente en el interior del hotel cuatro estrellas.
Es, además, el segundo establecimiento que la compañía opera bajo esta marca en Madrid. A nivel nacional, esta apertura representa el restaurante número 59 del grupo, contando con 55 restaurantes Saona, 1 restaurante Turqueta y 3 restaurantes Tagomago.
«Esta apertura en Madrid es fruto de la buena acogida que ha tenido Tagomago en la capital, y representa el enorme potencial de crecimiento que nuestro concepto gastronómico tiene entre clientes. Nuestro objetivo es continuar ampliando nuestra propuesta y conseguir llegar cada día a un público más amplio. Este año lo cerraremos con 14 nuevas aperturas, lo que hace un total de 62 locales operativos en el mercado nacional, y con nuevas ubicaciones que verán la luz en 2024», explica Eduardo Céspedes, CEO de Grupo Saona.
Además, destaca «estamos haciendo mucho foco en cuanto a la gestión del talento y en las personas desde todos los ángulos del negocio. Como ejemplo, desde nuestra Academia Saona hemos invertido y formado durante los últimos meses a los primeros 30 graduados que ya están listos para dar el salto a equipos gerenciales. Todas estas cifras son el resultado de un concepto que funciona y del esfuerzo y trabajo de todos los que formamos parte de un proyecto que nos hace mucha ilusión», añade Céspedes.
El espacio está dividido en dos salas muy diferenciadas en tamaño y características. La de menores dimensiones acoge el acceso al restaurante, tanto desde la calle como desde el lobby del hotel, y está bañada por la luz natural gracias a la fachada acristalada. Este espacio se conecta con el de mayor dimensión a través de un conjunto de celosías, típicamente mediterráneas, reinterpretadas para este proyecto.
Para simular el viento y las olas del mar sobre la arena de la playa se ha modelado, redondeando y suavizado esquinas, pilares, muretes, paredes y hornacinas. Estas formas orgánicas se han combinado con materiales nobles y cálidos de origen mediterráneo como la caliza, el mármol y la madera de nogal, combinados con mortero y pintura a la cal en tonos blanco roto y arena para generar una marcada estética setentera, depurada y elegante. Se suman al interiorismo piezas de mobiliario tapizadas en tonos azules índigo con tonalidades arena para aportar la nota de color.
