Tras el fin del estado de alarma en España, el sector del e-commerce se mantiene alerta ante los cambios o nuevas restricciones que aplique cada comunidad y que puedan afectar a las entregas de pedidos. Si bien España no ha sido de los países que han impuesto medidas más complejas, el sector logístico ha sufrido este año diversos fenómenos que han afectado directamente a su trabajo: el boom de los pedidos online con la pandemia; las restricciones fronterizas derivadas de ésta; el Brexit ; la tormenta Filomena o el bloqueo en el canal de Suez, son solo algunos ejemplos de los contratiempos a los que han tenido que enfrentarse.
Aunque el e-commerce elimina las fronteras y permite a los usuarios adquirir productos de empresas ubicadas en la otra punta del planeta, lo cierto es que está realidad a nivel logístico sigue planteando retos tanto para los ecommerce como para los transportistas.
Una vez que se efectúa el pago de una compra de comercio electrónico, se pone en marcha un complejo engranaje para superar la «distancia» entre vendedor y cliente. La mayoría de los e-commerce utilizan más de un transportista para un mismo envío, además los envíos internacionales son de media, más caros y encuentran mayores obstáculos que superar como por ejemplo las aduanas (en caso de países fuera de la UE) o el cambio de transportista de un país a otro.
Por su parte el consumidor que ha efectuado un pedido internacional, desconoce qué compañía le entregará su producto, ya que al ir cambiando éste de manos, se generan diferentes códigos de tracking que dificultan su seguimiento.
Según datos de Qapla’, sistema integrado que permite la gestión de los envíos de e-commerce en todas sus fases, en Europa, Suiza, Gran Bretaña e Italia encabezan el ranking de incidencias en sus envíos; inmediatamente seguidos por España, en el que también ha aumentado considerablemente el número de envíos que registran algún tipo de problema. Dentro de la península, Andalucía encabeza el ranking, seguida por Cataluña y Valencia.
Las principales causas de consulta de los españoles sobre sus pedidos e-commerce son: comprobar qué transportista se está encargando del envío; saber dónde se encuentra el paquete en tiempo real: a qué país ha llegado y entender en qué estado se encuentra, es decir: enviado, en preparación, en entrega, etc.
«La llegada del COVID-19 ha sido un tsunami acelerador para los e-commerce, pero también en la logística. La mayoría no esperaban este aumento de volumen de la venta online, con lo que muchas veces acostumbrados a hacer las cosas ‘como toda la vida’ se han visto en esta ola sin automatizaciones que les permitan optimizar tiempos y recursos. Entre nuestros clientes hemos visto cómo algunos han podido surfear el tsunami con la posibilidad de poder cambiar rápidamente de un transportista a otro en caso de problemas de bloqueos geográficos y sobrecargos de trabajo de algunos operadores», afirma Raquel Llorente, country manager de Qapla en España.