Los mercados gastronómicos, también conocidos como food halls, están ganando cada vez más terreno en España. Según el último informe de Cushman & Wakefield, Food Halls of Europe, la tendencia de estos espacios ha mostrado un notable crecimiento en toda Europa, incluyendo España.
Desde 2017, el número de mercados gastronómicos en Europa ha aumentado cerca de un 50 %, alcanzando un total de 133 food halls, con nueve espacios más actualmente en desarrollo y con previsiones de ser inaugurados próximamente. Este incremento subraya la popularidad y adaptabilidad del concepto de food hall que está teniendo en Europa.
Actualmente, en España existen ocho food halls, destacando especialmente El Nacional, en Barcelona, y el Mercado de San Miguel o la Galería Canalejas en Madrid. Asimismo, en el territorio español también se encuentra el Mercado de la Ribera (Bilbao), el Mercado de San Ildefonso (Madrid), Mercado de Victoria (Córdoba), Platea (Madrid) o el recién inaugurado TimeOut Market (Barcelona).
En este sentido, Robert Travers, head of EMEA de Cushman & Wakefield, apunta que «el mercado de food halls en España tiene un alto potencial aún por explorar, con oportunidades emergentes en nuevos formatos y ubicaciones».
El mercado español de food halls ofrece una mezcla diversa de espacios gourmet y espacios más tradicionales y casuales con comida callejera. En los últimos años, se ha observado un aumento en los food halls de lujo en España, como El Nacional en Barcelona – el primer food hall de la ciudad, con capacidad para 700 comensales, y que ofrece ocho espacios culinarios (cuatro espacios y cuatro barras) – o los grandes almacenes Galería Canalejas en Madrid – un mercado gastronómico de alta gama con una extensión de 4.000 metros cuadrados, completamente ocupado con 30 bares y restaurantes, y con una mezcla de chefs de renombre y estrellas Michelin, con vendedores de comida callejera.
«Un mercado gastronómico de éxito prioriza la calidad de la comida y refleja las características únicas de la historia, arquitectura y cultura de su ubicación. Esta autenticidad transforma un food hall en un punto de referencia, atrayendo un flujo constante de visitantes y desempeñando un papel crucial en la creación de espacios emblemáticos en una ciudad», añade Travers.
Espacios de transformación urbana
Los mercados gastronómicos se han transformado en verdaderos centros sociales que no solo ofrecen una variedad de opciones culinarias, sino que también promueven la interacción comunitaria y la transformación urbana. Ejemplos como La Gare du Sud en Niza (Francia), muestran cómo estos espacios pueden revitalizar áreas urbanas, convirtiendo antiguas estructuras en vibrantes hubs comunitarios.
La evolución del modelo de food hall en España y en Europa en general está marcada por varios factores. Los mercados gastronómicos están adoptando un modelo de uso múltiple, incorporando espacios sociales para eventos como clases de cocina y actividades de ocio competitivo, además de eventos corporativos y colaboraciones.
Por otro lado, también se prevé la aparición de food halls en nuevos formatos; desde mercados en ubicaciones más turísticas, pasando por enclaves más pequeños e integrados en los barrios para los ciudadanos, ofreciendo así una mayor variedad y experiencias.
Los mercados gastronómicos también emergen como un claro ejemplo del poder de la transformación urbana: la reconversión de edificios históricos en food halls está ganando popularidad, un ejemplo de ello es el reciente proyecto de Cambridge Street Collective en Sheffield (Reino Unido).