El Gobierno francés cierra la puerta a la compra de Carrefour por la canadiense Couche-Tard

El Gobierno francés ha cerrado la puerta, de manera «cortés, pero definitiva», a la posible adquisición de Carrefour por parte del gigante canadiense Alimentation Couche-Tard, que el miércoles presentó una oferta «amistosa» de más de 16.000 millones de euros por la mayor compañía gala de distribución minorista.

«Es un no cortés, pero claro y definitivo», ha señalado el ministro francés de Finanzas, Bruno Lemaire, durante una entrevista con BFMTV y RMC, donde ha subrayado que el país no puede renunciar «a uno de los principales distribuidoresfranceses».

La abierta oposición del Gobierno francés a la transacción ha lastrado por segunda sesión consecutiva la cotización de las acciones de Carrefour, que cedían un 2,87 % al cierre en la Bolsa de París y pierden casi un 8 % desde los máximos marcados el pasado miércoles al calor de la oferta de la canadiense. No obstante, el precio de los títulos de la cadena de distribución francesa se mantiene un 7 % por encima del nivel anterior a la propuesta de Couche-Tard.

«Es mi papel como Estado protector defender los intereses estratégicos del país», explicó, recordando que Carrefour «es el primer empleador privado en Francia con más de 100.000 trabajadores» y representa «casi el 20 % de la distribución de alimentos en el país».

Asimismo, ha recordado que el Ejecutivo amplió el decreto que regula las inversiones extranjeras en el país galo, ampliando la protección de su cobertura a las actividades de distribución de alimentos. «Hemos sido previsores», ha subrayado, añadiendo que, a pesar de contar con el instrumento legal necesario, el Gobierno francés prefiere «no tener que usarlo».

Lemaire, quien entre 2009 y 2012 fue ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca del Gobierno de Francia, se ha venido pronunciando abiertamente en contra de la operación desde el mismo día de su lanzamiento, objetando que la soberanía alimentaria «es estratégica» para Francia.

En este sentido, este jueves admitió que la potencial adquisición de Carrefour por una empresa extranjera supondría una «enorme dificultad» para el Gobierno galo.

«No tengo nada en contra de esta compañía canadiense, estoy convencido de que Carrefour es una compañía muy sólida y confío totalmente en Carrefour para mejorar su modelo y desarrollar una nueva distribución, pero la adquisición de Carrefour por una compañía extranjera sería una enorme dificultad para nosotros», afirmó en una conferencia.

El accionariado de Carrefour cuenta con la presencia como accionistas destacados de la familia Moulin, propietaria de Galeries Lafayette, así como de la familia Arnault, al frente del grupo LVMH, así como del magnate brasileño Abilio Diniz.

Esta fría acogida del Gobierno galo a la propuesta de compra anunciada por Alimentation Couche-Tard provocó ayer que las acciones de Carrefour llegaran a caer casi un 6 % en la Bolsa de París, si bien, al cierre de sesión lograban reducir las pérdidas al 2,51 %.

El grupo canadiense de tiendas de conveniencia Alimentation Couche-Tard remitió el miércoles una oferta no vinculante para comprar la francesa Carrefour a un precio de 20 euros por acción, lo que supondría pagar un precio total de unos 16.352 millones de euros por los más de 817 millones de acciones con los que cuenta Carrefour.

La adquisición de Carrefour impulsaría la presencia del grupo canadiense en Europa y Latinoamérica, además de incrementar la diversificación de su negocio de tiendas de conveniencia con la incorporación de establecimientos de gran formato.

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