El conocido diseñador japonés Kenzo Takada, fundador de la firma Kenzo, falleció este domingo en Neuilly-sur-Seine (en el hospital Americano de Neuilly), a las afueras de París, a los 81 años, por una complicación tras haber contraído la COVID-19, según informó un portavoz de su marca de decoración K3.
Kenzo –que se había retirado de su firma en 1999 tras haber construido un imperio que abarca desde la ropa hasta los perfumes y otros productos de belleza– fue uno de los primeros japoneses en imponerse en la escena internacional con su marca, activa aún a día de hoy dentro del grupo LVMH.
El estilista popularizó los estampados gráficos y florales que aún hoy siguen definiendo la identidad de la marca, reina de un estilo colorista y urbano, y dirigida desde julio de 2019 por el diseñador portugués Felipe Oliveira Baptista.
«Buen viaje, maestro. Me he enterado con gran tristeza del fallecimiento del señor Kenzo Takada. Su fantástica energía, amabilidad, talento y sonrisa eran contagiosas. Su espíritu vivirá para siempre», escribió Baptista en Instagram junto a una foto del joven Kenzo.
Aunque su firma quedó en manos del grupo de Bernard Arnault, LVMH, Kenzo ha seguido sirviendo de asesor y consejero creativo en múltiples aspectos de su marca, aunque no pudo estar presente en el último desfile de la «maison», este viernes en París, por encontrarse ya muy enfermo.
«Era muy fan de su marca cuando empezó. Creo que fue un gran diseñador. Estoy muy triste. Era un tipo estupendo», afirmó el presidente y consejero delegado de LVMH, Sidney Toledano, a la revista especializada WWD.
Nacido en 1939 en Himeji, Japón, Kenzo ha presidido durante los últimos 50 años el altar de la moda por su legado en la industria. Tras graduarse en el Bunka Fashion Collegue Tokyo, se trasladó a París en 1964, donde comenzó su carrera vendiendo croquis a grandes diseñadores.
Presentó su primer desfile en 1970 en la tienda de la Galerie Vivienne que acababa de abrir, dedicada a la ropa femenina y bautizada originalmente como «Jungle Jap». Más tarde le dio su propio y popularizado nombre. Trece años más tarde añadió una línea de hombre a su marca, y poco después incluyó perfumes y decoración.
En enero de este mismo año creó K3, una lujosa firma de decoración de interiores en la que ahora estaba plenamente involucrado.