Cuando el excedente alimentario se transforma en solidaridad

En fechas tan señaladas como la Navidad, donde el consumo de alimentos se dispara, miles de productos aptos para el consumo corren el riesgo de desperdiciarse en los supermercados. Sin embargo, mediante una gestión eficiente del excedente, que incluye la colaboración con organizaciones benéficas, estos productos encuentran un nuevo camino: las mesas de quienes más lo necesitan.

En este escenario, Phenix, compañía especializada en la gestión del excedente alimentario en la gran distribución en España, recuerda la posibilidad de colaborar con organizaciones locales para la donación de alimentos no vendidos o sin salida comercial, pero que aún son aptos para el consumo.

Impacto positivo tanto en el medio ambiente como en la sociedad

Durante estas fiestas, los supermercados incrementan su oferta con productos típicos, como los turrones, ediciones limitadas y promociones especiales, adaptándose a la alta demanda de los consumidores. Así, se produce un notable aumento en la disponibilidad de productos que demandan una gestión eficiente.

Donar alimentos excedentes quiere decir evitar el desperdicio, no solo de esos productos, sino también de todos los recursos destinados a su producción, fabricación y transporte. Además, los alimentos son una fuente de emisiones de gas de efecto invernadero.

Gracias a la sistematización, profesionalización y digitalización de los procesos de donación, se obtienen datos hipersegmentados que permiten tener una visión global de cada tienda sobre la merma y el desperdicio alimentario. Esta información detallada facilita la identificación de patrones y áreas de mejora, lo que posibilita la implementación de medidas correctivas y una gestión más eficiente.

Además, estos datos son clave para la toma de decisiones estratégicas, permitiendo a las cadenas de supermercados optimizar sus operaciones, reducir pérdidas y avanzar hacia un modelo más sostenible.

Solo en 2024, Phenix ha logrado redistribuir 350.000 kilogramos de alimentos, equivalentes a más de 750.000 raciones, evitando la emisión de 820.000 kilogramos de CO2 a la atmósfera. Estas cifras evidencian cómo una gestión precisa y especializada de los excedentes ayuda a prevenir su generación y reduce significativamente el desperdicio de alimentos, generando un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en la sociedad y la economía.

Desgravación fiscal, un incentivo para las donaciones

En España, las donaciones de alimentos también cuentan con ventajas fiscales que incentivan a las empresas a colaborar activamente en la lucha contra el desperdicio. Tras la reforma de la ley de Mecenazgo, las entidades jurídicas pueden deducir hasta un 40 % del importe de sus donativos del Impuesto de Sociedades, cifra que aumenta al 50 % si las donaciones se mantienen o incrementan durante tres años consecutivos.

Además, las donaciones a organizaciones sin ánimo de lucro están exentas del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), siempre que cumplan con los requisitos establecidos por la normativa vigente. Estos incentivos fiscales no solo facilitan las donaciones, sino que reconocen el papel crucial que juegan las empresas en la lucha contra el desperdicio alimentario y en la promoción de una economía circular.

«En un contexto donde el desperdicio alimentario sigue siendo un desafío global, Phenix refuerza su compromiso con la redistribución eficiente del excedente y la colaboración con entidades benéficas locales. Con soluciones innovadoras y una gestión especializada, no solo ayudamos a reducir el desperdicio, sino que también impulsamos una Navidad más solidaria y sostenible”, explica Jean-Baptiste Boubault, director de Phenix España.

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