Buo apuesta por dar salida a miles de alimentos y productos que, de otra manera, serían desperdiciados. Así, la startup deja atrás la compra en grupo para convertirse en el primer supermercado online de excedentes.
Con la aplicación, los más de 2.500 clientes recurrentes de Buo pueden ahorrar significativamente en sus compras con descuentos en la cesta de la compra de hasta el 80 %, lo que supone de media entre 120 y 200 euros al mes.
El ahorro que Buo consigue se debe a la venta online de excedentes de stock o surtidos irregulares perfectamente aptos para la venta pero que si no fuera por su intervención serían desperdiciados. Los motivos que impiden la venta de estos productos en supermercados tradicionales son muy diversos: desde productos de caducidad corta, cambios en el mercado o la formulación, errores de presentación o stock sobrante de productos estacionales, entre otros.
Por ahora solo operan en algunas zonas del Área Metropolitana de Barcelona, pero su objetivo es crecer y expandirse por otras ciudades a lo largo del año. En los primeros dos meses de 2023, Buo ha logrado rescatar 108.000 kg de productos, lo que representa una contribución significativa a la reducción del desperdicio de alimentos.
Según los últimos datos facilitados por la compañía, el usuario promedio de Buo son personas de entre 35 y 54 años así como familias jóvenes interesadas en ahorrar lo máximo posible en sus compras. Además, el 55 % de los clientes de Buo nunca antes había hecho su compra de forma online.
Estas compras se envían de forma totalmente gratuita a puntos de recogida estratégicamente seleccionados, lo que permite eliminar los costes de envío para los usuarios y simultáneamente dinamizar el comercio local.
Cambio de modelo de negocio
Los fundadores de Buo, Ruben Vilar, CTO de Buo, Carlos Costa y Borja Solé, co-CEO, investigaron varios modelos y hábitos de consumo antes de decidir implementar en España el sistema de compra colectiva, muy efectivo en otros países. Sin embargo, los consumidores no acababan de conectar con este funcionamiento en España. Por ello, decidieron adoptar un modelo de supermercado de excedentes, ya que un tercio de la producción anual se desperdicia antes de que lleguen al supermercado.
“Además de ser necesario, vimos que resultaba mucho más atractivo con los consumidores de hoy en día porque está más alineado con sus valores”, apunta Borja Solé. Según el joven empresario, de todo este viaje en el mundo del emprendimiento “nos llevamos el aprendizaje de que no todo sale bien a la primera, pero lo importante es que hemos sabido adaptarnos al mercado y a las necesidades de nuestros clientes. Y esta vez con un valor añadido: ayudar a combatir el desperdicio alimentario. Hoy tenemos una solución que gusta a la gente, pero seguimos teniendo esa responsabilidad de romper con costumbres tan asentadas como la de ir a hacer la compra”.
Buo se diferencia de otras compañías con iniciativas parecidas dado que su contribución a la reducción del desperdicio se lleva a cabo en la fase previa a la llegada de productos a los supermercados o comercios, es decir, mediante alianzas con productores. Según señala Solé, el enfoque de Buo sería mucho más efectivo medioambientalmente “ya que tal y como demuestran los datos, el 79 % del desperdicio alimentario no sucede en los supermercados sino en la fase previa, en el nivel de grandes players de producción y distribución”.
Por otro lado, se definen como un anti-quick commerce. El modelo de negocio de Buo aboga por una compra planificada, bajos costes logísticos y una alta recurrencia y retención de sus clientes. Las ofertas en los productos junto con los bajos costes logísticos conlleva que no exista una barrera de entrada gigante para quienes tienen menos poder adquisitivo.