La firma Berria Bike da un nuevo paso en su modelo de smart industry con la digitalización de su cadena de suministro. De esta forma, la compañía española, que prevé un crecimiento en ventas cercano al 60 % en 2022, se prepara para abordar una expansión internacional, que ya le ha hecho alcanzar los 360 puntos de venta en 31 países.
El desarrollo de este sistema busca ofrecer transparencia y trazabilidad a todos los distribuidores oficiales de la marca, a través de la conexión a tiempo real del sistema de pedidos con su propia fábrica. Gracias a la implantación de este proceso, cada tienda puede acceder al MSP (master production scheduled) de la compañía, visualizando tanto el stock disponible como las previsiones de fabricación de cada modelo de bicicleta, lo que permite garantizar al cliente final su disponibilidad, posibilidades de personalización y tiempo de entrega.
«Muchos distribuidores tienen que trabajar con una falta de información sobre cómo y cuándo van a poder disponer de las bicicletas solicitadas por sus clientes, a lo que ahora se suma la incertidumbre que está generando la crisis de suministros en el sector. Nuestra idea es empoderar a las tiendas para que tengan acceso rápido a información útil y puedan dar el mejor servicio posible a los clientes finales», explica David Vitoria, CEO de Berria Bike. «Al digitalizar la cadena de suministro cada tienda sabe qué puede vender sin incidentes de fabricación ni tiempos de espera desorbitados, evitando situaciones como que una bicicleta se quede sin entregar por la falta de una pieza concreta que procede de un fabricante exterior», afirma el directivo y exciclista profesional.
Reforzada para fabricar 10.000 bicicletas al año
La empresa inició la digitalización de su cadena de suministro en 2017, adaptando su relación con los distribuidores a la cada vez mayor demanda de sus bicicletas de altas prestaciones. El sistema resultante ha quedado definitivamente implantado este año, coincidiendo con la ampliación y modernización de las instalaciones de la firma en Villarrobledo (Albacete), desde donde se fabricaron más de 6.000 bicicletas en 2021. Una cifra que prevé aumentar hasta las 10.000 unidades en 2022 y que supondría cerca de 16 millones de euros en ventas.
«Hemos crecido cerca de un 300 % en los últimos dos años y, algo así, es imposible sin tener una planificación de producción clara e información fácilmente accesible para los puntos de venta. Una de las claves de nuestra evolución en un contexto económico complejo ha sido interpretar esta situación con una cadena de suministro acorde a un plan realista y enfocado a la relación fluida con el cliente. Esto nos protege frente a problemas de entrega de componentes, a la par que permite a las tiendas consultar el estatus actual de las bicicletas vendidas, sabiendo incluso en qué parte del proceso (lijado, pintando, ensamblado) se encuentran. Es una ventaja competitiva pero, sobre todo, una necesidad para crecer con garantías», concluye Vitoria.
La marca cerró su último ejercicio duplicando su facturación, con unas ventas superiores a los 10 millones de euros. Este crecimiento también se vio reflejado en el incremento de su capacidad productiva, que aumentó en un 63 %, pasando de las 3.800 unidades fabricadas en 2020 a las 6.200 de 2021.
