Así serán nuestras ciudades en el futuro

Milligan ha publicado una investigación, en asociación con Trajectory, que explora las formas en que la pandemia ha cambiado (y sigue cambiando) nuestra vida cotidiana y, lo que es más importante, sus implicaciones en el sector inmobiliario.

Este nuevo informe llega en un momento en que la pandemia del coronavirus y las intervenciones para limitar su propagación están teniendo impactos inconmensurables en la vida cotidiana, lo que plantea importantes interrogantes sobre el futuro de las oficinas, el high street y la viabilidad de los empleos que alguna vez fueron centrales para la economía.

Si bien el Reino Unido ya ha comenzado a vacunar contra la COVID-19 –trayendo consigo la esperanza de vencer al virus el año que viene y volver a algún tipo de normalidad– es evidente que la pandemia tendrá efectos duraderos en nuestra sociedad en los próximos años. Como promotor de uso mixto tratando de navegar, adaptarse y crecer con la nueva normalidad, Milligan encargó a Trajectory que estudiara cómo sus análisis y predicciones podrían impactar de forma específica en la industria inmobiliaria, todo ello como parte de una revisión en curso sobre cómo desarrollar proyectos de uso mixto en el futuro.

El informe, titulado ‘La nueva normalidad y el real estate: Las tendencias significativas que conformarán el futuro de nuestros pueblos y ciudades en los próximos 10 años’, identifica cinco tendencias principales que están impulsando el cambio en este momento y revela que la razón por la que son tan poderosas es que en la mayoría de los casos no se trata de reacciones espontáneas a la perturbación, sino más bien de una aceleración de las tendencias a largo plazo.

Además, examina el concepto de ‘desregulación en la vida –una macrotendencia que se refiere a un fenómeno en el que las personas tienen mayor libertad para elegir lo que quieren hacer, cuándo quieren hacerlo y cómo se hace– y su impacto durante la pandemia, así como examinar las futuras implicaciones de la desregulación en el sector inmobiliario.

Los principales resultados de la investigación son:

  • Cinco tendencias clave que impulsan el cambio:
    • Muerte de la distancia: disminución del valor de la proximidad, ya que cada vez se realizan más actividades desde el hogar, con consecuencias sobre todo en la oficina.
    • Tecnología positiva: el valor percibido de la tecnología para la sociedad ya que proporciona un salvavidas crucial durante la crisis.
    • Sociedad del juego: el resurgimiento del ocio, la hostelería y el turismo después de periodos de estancia en casa.
    • Rechazo de la indiferencia – la renovada fe en la experiencia y la evidencia, ya que confiamos en las instituciones y los expertos para que nos mantengan a salvo.
    • Escrutinio en la sala de juntas: nuevas preocupaciones éticas centradas en la gestión empresarial, ya que se espera que las empresas se ocupen de los empleados más vulnerables.
  • Ciertas tendencias volverán a sus pautas anteriores a la pandemia una vez que las condiciones se normalicen (por ejemplo, la demanda de ocio y socialización, la urgencia del cambio climático), mientras que los cambios que se han acelerado a causa de la pandemia se convertirán en permanentes (por ejemplo, el trabajo desde el hogar y la mejora de la capacitación digital).
  • Los cambios en nuestra forma de vida implican cambios en el sector inmobiliario, ya que los requisitos de las propiedades cambiarán para facilitar los cambios en el lugar donde se realizan las actividades; un trabajo más flexible significa que los viajeros poco frecuentes pueden estar dispuestos a viajar más lejos, lo que conduce a puntos de acceso a la propiedad fuera de las ciudades; las oficinas en el hogar, una fuerte conectividad y el espacio adicional se convertirán en impulsores más importantes de valor; y las oficinas centrales del centro de la ciudad se convertirán en buques insignia para establecer la marca y la cultura corporativa. Un mayor aprendizaje digital podría reducir el crecimiento de los estudiantes en las ciudades, cambiando la demanda de alojamiento para estudiantes, alquileres comerciales y edificios de campus construidos expresamente para ello.
  • La COVID-19 está causando nuevas implicaciones de la nueva normalidad –particularmente en cómo y dónde se llevan a cabo las actividades, siendo el lugar donde trabajamos una de las actividades más perturbadas–; mientras que la oficina volverá, llevar a cabo más tareas en casa es un cambio permanente que también afectará a dónde y cómo vivimos.
  • La demanda de ocio durará más tiempo que la crisis; el cambio acelerado a lo digital tanto en el comercio como en el servicio al cliente puede significar que el high street liderado por el comercio minorista disminuya inexorablemente, pero a medida que pasemos más tiempo en las zonas locales, la cohesión de la comunidad y la propiedad puede crecer, lo que dará lugar a centros urbanos más distintivos impregnagos de características locales.
  • Independientemente de la COVID-19, otras tendencias también ayudarán a configurar el futuro, como el envejecimiento de la sociedad, la red 5G que acelera el desarrollo de la inteligencia artificial, la robótica y el internet de las cosas, y el daño económico de la pandemia que afectará al gasto nacional y de los hogares en los años venideros.

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