El gigante francés de la distribución comercial Carrefour y el canadiense Couche-Tard anunciaron este sábado en un comunicado que habían «interrumpido» sus negociaciones para una eventual fusión tras el veto del Gobierno francés aduciendo la necesidad de preservar la “seguridad alimentaria de los franceses”.
Según publica Bloomberg, algunos de los principales ejecutivos de Couche-Tard se trasladaron a París para convencer a las autoridades francesas, ofreciendo inversiones millonarias en las tiendas de Carrefour, garantías de mantenimiento de los empleos y al menos dos años de cotización de las acciones en Francia y Canadá.
Pero finalmente no consiguieron convencer al Ejecutivo francés, que desde el primer momento rechazó de pleno, y luego vetó «clara y definitivamente», la venta de una de las compañías francesas más relevantes, amparándose en un decreto aprobado en 2019 que incluye a la distribución alimentaria entre los sectores sobre los que el Estado puede intervenir para que su empresas no sean controladas por grupos extranjeros.
Ambas compañías mantendrán, sin embargo, sus discusiones sobre «oportunidades de asociación operativa».Entre esas posibles estrategias de cooperación, citaron la distribución de carburante, las compras en común o la distribución de productos en mercados comunes.
El grupo canadiense, especializado en gasolineras, había propuesto el miércoles al gigante francés de la distribución una oferta de compra «amistosa» por valor de 16.000 millones de euros (unos 20.000 millones de dólares).
Couche-Tard es un grupo con un volumen de negocios de poco más de 54.000 millones de dólares (ejercicio anual 2019/2020), especialista de las redes de gasolineras (más del 70 % de sus ventas) y las tiendas de pequeño formato.