El retail marca el repunte del mercado inmobiliario en España, que podría cerrar 2024 con un volumen total de inversión cercano a los 10.000 millones de euros, superando las expectativas iniciales de 8.000 millones. Así lo confirman los datos de Cushman & Wakefield.
Así, las operaciones de compraventa de centros comerciales y retail parks han sido protagonistas gracias a su capacidad de ofrecer un «equilibrio atractivo entre rentabilidad y riesgo«, consolidándose como una de las opciones preferidas por los inversores. El dinamismo en este segmento puede explicarse, en parte, por el cambio en los patrones de consumo y la recuperación de la actividad económica, que han fortalecido el tráfico en estos espacios.
Por otro lado, un elemento que ha marcado la diferencia en el mercado en 2024 ha sido el auge de las operaciones de cambio de uso, que han generado un volumen de más de 500 millones de euros. En este contexto, se han transformado principalmente oficinas hacia usos como residencial, salud, hoteles o lifescience. Sin embargo, estas operaciones están restringidas por la ubicación, especialmente en Madrid, donde la mayoría de estas transformaciones responden a proyectos de carácter residencial con especial atención a venta de vivienda a usuario dentro de la M30, diseñados para satisfacer necesidades específicas de los usuarios finales.
Otro aspecto relevante en el comportamiento del mercado en 2024 es el origen del capital, que muestra una notable segmentación según el tipo de activo y el perfil del inversor. Los family office han destacado especialmente en retail y hoteles, acaparando un 60 % y un 37% de las operaciones, respectivamente.
Desde una perspectiva geográfica, el 62 % del capital invertido en España en 2024 proviene de fuentes internacionales, mientras que el 38 % restante corresponde a capital nacional. La inversión extranjera ha sido particularmente relevante en el retail, con un 79 %). «Este dinamismo refleja el atractivo del mercado español tanto para inversores locales como internacionales, que encuentran en España una combinación única de oportunidades, gracias a la solidez de los fundamentales, la diversificación de activos y la capacidad de adaptación del mercado a las nuevas demandas, haciendo que nos mantengamos como un destino prioritario para la inversión inmobiliaria en Europa», señala Jesús Silva, director general de Cushman & Wakefield España.
A medida que el mercado evoluciona, 2025 se perfila como un año de transición clave. Aunque los fundamentales del mercado, como la ocupación, la evolución de las rentas y la reducción de la disponibilidad en la mayoría de los sectores, presentan una tendencia positiva, los grandes volúmenes de inversión podrían experimentar un retraso. El motivo: los inversores, aunque preparados y con capital levantado, parecen optar por una estrategia de cautela, que los lleva a ser más selectivos y ajustar sus decisiones de inversión.
Sin embargo, «las perspectivas son alentadoras y el capital está levantado y listo para invertir”, asegura Silva. En esta línea, Cushman & Wakefield prevé que entre el segundo semestre de 2025 y el primero de 2026 los niveles de inversión alcancen cifras cercanas a los 11.000 o incluso 12.000 millones de euros, marcando un salto importante que consolidaría el inicio de un nuevo ciclo alcista.
Así, los datos de Cushman & Wakefield señalan que el mercado inmobiliario español afronta un cierre de 2024 mejor de lo esperado y se prepara para un 2025 marcado por la consolidación de los fundamentales y la acumulación de capital listo para ser desplegado, proyectando un horizonte de oportunidades en el que el sector podría alcanzar niveles de inversión sin precedentes en los próximos años.