«Loco Polo no es solo una simple marca de polos, Loco Polo es una experiencia. Contamos con un factor sorpresa: nunca pensarías que algo tan simple como un helado puede contener un relleno cremoso y con mucho sabor. Hemos querido reinventar el sector con nuestros polos artesanales rellenos de diferentes mermeladas y cremas de sabores que crean deliciosos contrastes”. Esta es la tarjeta de presentación de la compañía, en palabras de uno de sus fundadores Íñigo Galdona.
La startup española ha conseguido una ronda de financiación por valor de 2 millones de euros. Esta operación, liderada por un inversor americano que por el momento prefiere no salir a la luz, se ha vehiculado a través de una ampliación de capital. «Esta inyección de financiación nos ayudará a conseguir nuestro gran objetivo que es ser rentables y terminar de establecernos en el mercado», explica Galdona.
Gracias a ello, podrán llevar a cabo su objetivo de este año: “Queremos afianzar todos los procesos y abrir nuevas vertientes y líneas de producto para pasar a ser una marca atemporal. Al final, ahora mismo estamos vendiendo un producto estacional, que está muy bien, pero queremos ser una marca que produzca y venda durante todo el año”, explica. Para ello, cuentan con varios productos en proceso de desarrollo, como los Locobós (bombones), Hot Polos (polos calientes) o productos de chocolatería nuevos, lo que permitirá a la compañía mantener las ventas a lo largo de todo el año.
Asimismo, “este impulso también nos está ayudando a incorporar piezas clave al equipo como nuestro responsable de producto, director creativo o demás figuras que nos aportarán mucho valor”, añade. En este sentido, la empresa prevé doblar el número de empleados en los próximos 18 meses, lo que significará pasar de los 70 empleados actuales a los más de 150 previstos en 2025.
Origen y expansión de la compañía
Fundada por Oier Almandoz e Íñigo Galdona en 2017, la compañía cuenta con alrededor de 200 puntos de venta entre tiendas, mini-corners y pop-ups repartidos en todo el país. “Decidimos poner en marcha este proyecto después de ver un nuevo concepto de polo que se alejaba y diferenciaba las paletas tradicionales de hielo con sabores. Ambos optamos por adoptar esa primera idea e introducir los polos rellenos al mercado español. La oferta era insuperable, polos diferentes, más cremosos y con mucho más sabor. El punto de partida no podía ser otro que San Sebastián, una de las ciudades con más cultura heladera del país”, asegura el responsable de la enseña.
Desde su fundación hasta hoy, «todo fue un trabajo de hormiga, ir escalando poco a poco, con sus obstáculos, pero siempre mirando hacia un futuro y confiando en el proyecto», añade Galdona. Así, han producido en torno a los 2 millones de polos. Ahora en 2023 la compañía prevé aumentar la cifra hasta superar el 1,5 millones de unidades producidas en un solo año.
Además, «para nosotros 2023 es clave para consolidar nuestra presencia definitivamente en España para luego poder traspasar fronteras«, apunta. La compañía abre, en los próximos días, su primer local en Sitges. Y esperan cerrar el año con más de 350 puntos en España y Francia.
De cara a los próximos meses, inauguran su primera pop-up en Omán, lo que representará su primera incursión fuera de las fronteras de Europa. La apertura de este nuevo emplazamiento cuya fecha de inicio de operaciones está prevista para mayo, permitirá a la compañía de origen donostiarra crecer en un mercado de enorme recorrido como el Golfo Pérsico. De cara a los próximos 3 años, la compañía prevé invertir en torno a los dos millones de euros para consolidar y aumentar su presencia en la región.