El Gobierno vasco ha tomado la decisión de cerrar la hostelería. Lo hará desde este sábado y durante, al menos, todo el mes de noviembre para desactivar el que se ha convertido en uno de los principales puntos de la transmisión del virus en la comunidad autónoma. Y no por culpa de los negocios. El lehendakari Íñigo Urkullu ha insistido en que los contagios que se producen en estos espacios son fruto del «comportamiento de las personas». La ciudadanía tiende a relajarse en bares y restaurantes. Se quitan mascarillas, se reducen las distancias. El riesgo es más elevado en la hostelería que en otros lugares porque es aquí donde «hay un mayor contacto social«.
Por eso la principal nueva restricción que aplica el Gobierno vasco va dirigida al que es uno de los principales centros de ocio y reunión de los vascos. Pero no es la única. El toque de queda se adelanta una hora. Todas las personas deberán estar a las 22 horas en sus casas, salvo que tengan un motivo de causa mayor, y no abandonarlas hasta las 6 de la mañana. Todos los establecimientos comerciales tendrán que cerrar a las 21 horas, salvo las farmacias y estaciones de servicio. Mismo límite horario se fija para las actividades y espectáculos culturales. Quedan además suspendidos todos los ensayos y actuaciones no profesionales. También queda prohibido todo el deporte en grupo no profesional o semiprofesional, incluido el escolar. A la hostelería se le permitirá seguir abierta para preparar comida a domicilio o para recoger con cita previa hasta las 9 de la noche.