Ahora la sostenibilidad forma parte de las estrategias de cualquier empresa. Dentro del retail, todos los actores del sector ponen en marcha políticas sostenibles en aras de adaptarse a un contexto y a un consumidor que así lo demanda. La realidad es que cada día somos más conscientes de lo que hay que hacer, aunque aún queda mucho camino por recorrer.
En Just Retail hemos querido conocer las tendencias actuales en materia de sostenibilidad que siguen las empresas del sector.
Sostenibilidad transversal
«Comunidades energéticas de autoconsumo, alimentación saludable, teletrabajo, ciudades sostenibles, transparencia en datos sobre sostenibilidad… Son sólo algunas de las tendencias actuales», apunta Fátima Álvarez-Cofiño, coordinadora ASG en Carmila.
La estrategia ASG de la compañía se divide en 3 pilares de actuación. Por un lado, el planeta, «donde apostamos por iniciativas dirigidas a reducir las emisiones y el consumo energético con materiales sostenibles, soluciones de ecomovilidad como cargadores de vehículos eléctricos o sistemas domóticos de control de consumo». En este sentido, «trabajamos también por la biodiversidad, por ejemplo, con la colocación de cajas nidos para pájaros en nuestros activos; o por el fomento de la economía circular contando con una buena oferta de segunda mano», añade Álvarez-Cofiño.
Otra línea de actuación son los territorios, «generando un impacto positivo en las zonas de nuestra área de influencia, colaborando con organizaciones y colectivos que trabajan por la igualdad de oportunidades, la solidaridad y la salud e implementando soluciones en favor del empleo como las derivadas de nuestro acuerdo con la Fundación Adsis para ayudar a mejorar la empleabilidad de jóvenes y personas en riesgo de exclusión». Finalmente, en el ámbito social y de la gobernanza «nos esforzamos tanto por maximizar la gestión del talento, la formación y el desarrollo de nuestros colaboradores, así como su bienestar físico y mental. Nuestro firme propósito es ser más transparentes, éticos y responsables en la gestión empresarial».
Por su parte, Belén Blanco, responsable de RSC de Nhood España, señala que «se demanda cada vez más información sobre cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo; así como una estrategia de sostenibilidad consolidada a la hora de la valoración de activos». Así coincide en subrayar la importancia de los criterios ESG (Environmental, Social and Governance) «para el mantenimiento o aumento del valor de los bienes inmuebles».
El sector de la construcción y real estate provoca gran impacto medioambiental y social influenciando el entorno en el que se encuentran. «Los activos inmobiliarios tienen una gran demanda de recursos generando toneladas de emisiones de efecto invernadero y residuos al año además de la implicación de clientes y colaboradores generando gran afluencia de personas. Es usual que veamos un incremento de activos de las empresas del sector bajo GRESB (Global Real Estate Sustainability Benchmark). Se trata de un sistema de evaluación del desempeño ambiental, social y de gobernanza de activos a nivel mundial. Es el marco de referencia para la comparativa los criterios ESG de los Inmuebles a nivel mundial», añade.
Además, Blanco apunta a las certificaciones como BREEAM o LEED como «esenciales para evidencia el comportamiento sostenible y de mejora continua de dichos inmuebles; así como para demostrar transparencia y compromiso durante la fase de construcción y la fase de uso».
Según Alberto Vilches, sustainability manager de Neinver, «a pesar de que hay voces que vaticinan un menor compromiso en aspectos ESG debido a la desaceleración económica, el sector inmobiliario retail debe estar preparado para los desafíos futuros». La descarbonización es ya uno de los principales objetivos de la empresa. Además, «se verá impulsado por la propuesta de la Comisión Europea de incluir los edificios dentro del mercado europeo de carbono. En Neinver utilizamos la metodología europea CRREM (Carbon Risk Real Estate Monitor) para entender cómo cada activo se adaptará a las expectativas de la regulación y del mercado».
Desde la perspectiva de la resiliencia climática, «el sector está realizando estudios de vulnerabilidad por activo y por riesgo climático relevante. Por ejemplo, se espera un aumento de precipitaciones de hasta el 30 % en algunas regiones, lo que necesitará planes de mitigación». Así, la colaboración con los inquilinos para reducir sus emisiones y aumentar la eficiencia energética sigue siendo muy relevante. «Se ha visto una mayor participación de estos en los últimos años y se está trabajando conjuntamente para obtener datos de energía con sistemas automatizados de lectura», afirma Vilches.
Actualmente, con los cambios tan rápidos que se suceden, «la monitorización de factores ESG en la estrategia de negocio se ha convertido en fundamental. De hecho, RICS publicó una guía para incluir aspectos ESG en la valoración de activos inmobiliarios comerciales y ya existen valoradores que están solicitando estos datos. En definitiva, vemos que los retos que tenemos por delante requerirán de una gestión activa de ESG en el sector inmobiliario retail«.
Para Elsa Monteiro, responsable de Sostenibilidad de Sonae Sierra, «la integración de los criterios ESG garantiza que la inversión se canalice hacia proyectos sostenibles y con menor riesgo a largo plazo».
Además, «la actual crisis energética ha renovado el sentido de urgencia en la lucha contra el cambio climático a nivel global. Como sociedad estamos convencidos de la necesidad de actuar en esta línea y de que el desarrollo económico debe ser sostenible. Lo ponen de manifiesto lo movimientos sociales, pero también la legislación, la demanda y las tendencias en el sector inmobiliario», añade.
En este sentido, el progreso en el desarrollo de políticas sostenibles en el campo de los centros comerciales es clara, «aunque todavía existe un gran potencial de mejora. Desde hace más de 20 años trabajamos para mejorar la gestión de los recursos. Desde entonces hemos reducido el uso del agua en un 40 %, de la electricidad un 66 %, y de las emisiones de carbono en un 84 %». Actualmente existe una clara apuesta por las renovaciones de centros comerciales con el objetivo de mejorar su eficiencia energética. «La tecnología actual permite gestionar el acondicionamiento lumínico y climático de diferentes áreas en función de las necesidades específicas que manifiestan los datos obtenidos en tiempo real, y el uso de materiales que favorecen una gestión sostenible del inmueble», concluye Monteiro.
Klépierre, por su parte, gracias a su estrategia de RSC Act For Good, cuenta con el Sistema de Gestión Energético ISO50001 y de Gestión Medioambiental ISO14001, que» nos permiten reducir el gasto de energía monitorizando los consumos de los edificios», aseguran desde la compañía. En 2021, realizaron una inversión de 2 millones de euros en la instalación de placas solares en Plenilunio, La Gavia y Príncipe Pío (Madrid), «permitiendo así generar la energía equivalente al consumo eléctrico medio de más de 1.000 hogares y reduciendo el abastecimiento eléctrico en torno a un 30 %. También, hemos construido en Plenilunio un depósito de 5.000 litros que recoge el agua de lluvia y se reutiliza para limpieza y riego».
Además, sus centros comerciales se abastecen de fuentes de energía 100 % renovable. Desde hace 4 años consecutivos, Klépierre realiza la certificación por la compensación total de la huella de carbono de sus activos en el MITECO. «Otro asunto primordial que nos ocupa es la gestión de residuos con una segregación de hasta 18 diferentes categorías; y la movilidad sostenible que materializamos creando la estación de recarga para vehículos eléctricos o híbridos más grande de Madrid en Príncipe Pío (RE-ENERGY). Actualmente, nos encontramos en fase de implementación en el resto de nuestros centros».
Desde los cimientos
Cualquier nuevo proyecto ya desde el origen contempla ser llevado a cabo cumpliendo una serie de criterios de sostenibilidad. Según explica María Ángeles García Pérez, responsable de dirección técnica de López Real Inversiones 21, «evolucionamos para satisfacer las necesidades de la población tendiendo a comportamientos que no perjudiquen el futuro del medio en el que vivimos. Por ello, consideramos que la implementación de medidas pasivas en los proyectos siempre es tendencia».
En esta línea, sus proyectos de transformación urbana «dinamizan espacios comerciales en desuso por el cambio de modelo económico, tratando de aprovechar los elementos de la construcción existente, como máxima para reducir el consumo de recursos naturales y minimizando los residuos de obra realizando una demolición selectiva». En los desarrollos de espacios comerciales de proximidad, «analizamos la capacidad de carga, comprobando qué tejidos urbanos existentes admiten actividad comercial, propiciando la mezcla de usos, reduciendo el consumo de combustible y favoreciendo la reordenación de la movilidad en el espacio público».
Además, desde LRi21 seleccionan la ubicación de grandes parques comerciales «cuándo otorgan continuidad y conexión entre núcleos urbanos a través de la actividad comercial contribuyendo a la agregación social. Garantizar el estacionamiento de vehículos que no utilicen combustibles fósiles facilita al cliente alternativas de movilidad. Reducir el impacto de cada área urbanizada es una máxima que conlleva desarrollar medidas que minimicen el efecto isla de calor como usar vegetación autóctona que proporcione sombra y reduzca el consumo de agua; aumentar la permeabilidad del pavimento para reducir la afección al entorno hidrológico; disminuir la contaminación lumínica con equipos eficientes y evitar un efecto sobre el espacio interior que eleve su consumo de energía. La implementación de medidas pasivas reduce suficiente uso de las complementarias medidas activas para beneficio de nuestros clientes».
Por su parte, Maica Fernández, directora de Concepto y Construcción en Carrefour Property España, pone el foco en la responsabilidad colectiva para luchar contra el cambio climático a partir de la descarbonización de la economía que se ha visto impulsada por «el debate internacional y la aprobación de los ODS en 2015 por parte de la ONU». En la actualidad, la edificación es uno de los sectores más contaminantes en el planeta, «responsable del 40 % del consumo energético y del 36 % de las emisiones CO2 en la Unión Europea, así como del 39 % de las emisiones de carbono de todo el mundo. Consume, además, el 30 % de materia prima y el 12% de agua dulce, y genera el 40 % de residuos de vertedero».
Así, «es imprescindible introducir la innovación en un sector aún muy tradicional para contribuir a mejorar la productividad y acortar los plazo. Esta innovación debe traducirse en el uso de nuevos materiales como la madera. Esta contribuye a la descarbonización y a la reducción de emisiones de CO2. También en la construcción industrializada y en buenos aislamientos para reducir la energía empleada en la climatización. Destaca también el diseño pasivo que tiene como objetivo obtener edificios que logren su acondicionamiento ambiental mediante procedimientos naturales», añade.
El sector retail tiene la responsabilidad de velar por la salud y el bienestar de las personas, cumpliendo con los estándares de eficiencia energética. La sostenibilidad y la edificación sostenible deben ser un compromiso constante que, además, puede crear oportunidades de empleo en diseño, construcción y modernización, y servir como un vehículo para la inclusión social. Por tanto, «el sector inmobiliario sostenible es la gran tendencia; con una expectativa de crecimiento de un 85 % desde ahora hasta 2030 y un gran impacto en la creación directa de empleo. En Carrefour Property tenemos el compromiso de que nuestros centros sean espacios seguros y sostenibles, tanto para los clientes como para comercios y colaboradores», concluye Fernández.
Para Chapman Taylor, «el crucial tema de la sostenibilidad ha estado dentro del ADN del estudio desde sus orígenes allá por 1959. Se basa en conceptos como el respeto al lugar, sus gentes, sus posibilidades y sus necesidades así como la inclusión social y multidisciplinar de los equipos técnicos involucrados trabajando por y para las personas que ‘vivirán’ los edificios y los entornos urbanos haciéndolos suyos y de sus comunidades a través del tiempo», explica el arquitecto Jorge Alonso.
«Siempre hemos pensado que ‘lo verde es no construir’ pero a través de lo que denominamos ‘diseño responsable’ abarcamos todas las facetas mencionadas que, hoy por fin, ya no son opcionales sino parte de la responsabilidad de todos los que diseñamos y trabajamos con el objetivo de que el planeta sea un lugar mejor cada día para nuestras futuras generaciones«, añade.
Por su parte, la compañía Campos tiene un propósito claro: «Crear infraestructuras que conecten desarrollo y sostenibilidad para ser impulsores de las nuevas soluciones globales que demanda la sociedad«. Además, forman parte del Pacto Mundial de las Naciones Unidas para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. «Esto significa que fomentamos un triple equilibrio en el planeta, a nivel social, medioambiental y económico, desarrollando los ODS en nuestro campo de actividad», añaden.
En su área de construcción, abordan diferentes tendencias en materia de sostenibilidad como la metodología Lean construction. Esta se basa en la gestión de los procesos de construcción siguiendo los principios de la mejoría continua; así como en la adaptación del Lean Manufacturing al sector. «Trata de garantizar el seguimiento y control de cada proyecto con el objetivo de evitar cualquier tipo de desperdicio, ya sea material o de tiempo, lo que contribuye a la sostenibilidad del proyecto», explican.
Además, apuestan por la eficiencia energética en infraestructuras: «Desarrollamos proyectos ad hoc con el objetivo de optimizar el consumo energético de nuestros clientes. Somos impulsores de las soluciones que ayudan a reducir la huella de carbono, contribuyendo a construir ciudades más sostenibles». Y también por la climatización eficiente: «Como ingenieros, instaladores, mantenedores y fabricantes de climatización en el sector comercial e industrial, buscamos constantemente el equilibrio entre eficiencia energética de la instalación y la satisfacción del usuario final».
