El paisajismo integrado en el diseño del espacio comercial, grandes superficies más verdes, los open malls o la importancia de la experiencia y el ocio son algunos de los temas que se trataron en ‘Retailers – Mall Trends’.
La sesión, inaugurada por Elisa Martínez Bermejo, Roca Madrid Gallery Manager, y moderada por Javier Delgado, experto en retail, contó con la participación de Esteban Becerril y Ramón Ramírez, fundadores de B+R Arquitectos. El estudio de arquitectura ha llevado a cabo proyectos de vanguardia como X-Madrid, «un espacio que rompe con el concepto tradicional de centro comercial al concebirse como un lugar de diseño moderno e integrado donde converge ocio, deportes urbanos y restauración».
Ambos profesionales dieron a conocer cómo surgió el proyecto de este ‘anticentro comercial’, donde el 60 % del espacio está dedicado al ocio y en el que convergen actividades como el surf, la escalada, el buceo o el skate pero también restauración, tatuajes, motor…
La sesión se ha centrado principalmente en cómo los arquitectos llegaron a idear X-Madrid a partir de una propuesta de Merlin Properties para rehabilitar el centro comercial Opción en Alcorcón, que se encontraba fuera de uso desde hace años. Una oportunidad para aplicar la filosofía que siguieron en 2014 con Urban Extreme, un proyecto que integraba en Madrid todos los deportes urbanos.
Ambos destacaron la tecnología y el poder de la experiencia personalizada como dos elementos catalizadores para convertir los centros comerciales del futuro en espacios reactivadores tanto de núcleos urbanos como de periferias. «Se está planteando su uso mixto: integrar el parque, el deporte, centros de trabajo…incluso residencias. Se empieza a ver el centro comercial del futuro como una oportunidad de revitalizar y no solo comercializar», explicaba Esteban Becerril.
«Cuando empezamos, este tipo de proyectos se consideraban un trabajo menor para los arquitectos al verse muy comerciales, mercantilistas. 30 años después, lo cambia todo la revolución digital: no tenemos la necesidad objetiva de acudir a los centros, entonces empezamos a preguntarnos qué tiene que tener un centro comercial para que nos guste ir«, añadía.
Por su parte, Ramón Ramírez destacó: «Es muy importante oscultar alrededor del centro comercial para ver qué pide, qué necesita. Hay que investigar el entorno social para dotar al centro de esa característica especial que le permita subsistir». Puso en valor, además, el carácter integrador y sostenible de X-Madrid: «incluso el mobiliario (reciclando skates, piezas de bicicleta o ruedas de coche) está pensado en integrar todas esas actividades, cada rincón del espacio es multifuncional».
Becerril y Ramírez hicieron hincapié en las zonas de periferia, donde los centros comerciales siempre han acabado siendo «pueblos autónomos aislados, puntos de encuentro sin alma», para expresar la necesidad de crear nuevas infraestructuras que revitalicen estas áreas a las afueras de las ciudades. Este tipo de planteamientos implican una alta inversión en tecnología pero también la voluntad de preservar la esencia de origen: «nuestra idea es la continuidad con la historia, la tradición, la modernidad. Donde lo singular tiene que convivir con la globalización, donde la innovación convive con rasgos originales», explicaba Becerril.
En definitiva, ambos establecieron la revolución digital y el poder diferenciador de la experiencia como dos factores clave para la supervivencia de los espacios comerciales. Incidiendo, además, en que para combatir el abandono de estos lugares tras la pandemia y el auge del e-commerce, la solución pasa por idear infraestructuras con un carácter cautivador, lleno de estímulos sensoriales donde cada ciudadano pueda encontrar su lugar.
Así pues, se propone la creación de zonas comerciales donde catalizar, crear y recrear tanto los núcleos urbanos como la periferia, integrando naturaleza, deporte, gastronomía e incluso la rutina diaria, con centros de trabajo y núcleos residenciales.