Cumplir con los criterios ESG podría superar los 700.000 millones de euros en Europa

El impulso global para avanzar en sostenibilidad está creando gran incertidumbre en el mercado de inversión inmobiliaria y generando un punto de inflexión. Esta es la conclusión que puede extraerse del informe ‘ESG: At a tipping point‘, emitido por Colliers para la región EMEA (Europe, Middle East and Africa).

Colliers señala la necesidad urgente de que los responsables políticos acuerden objetivos pragmáticos y viables. Estos deben apoyar la creación de normas técnicas y puntos de referencia claros y coherentes que permitan la asignación racional de capital y capacidades; a medida que los inversores avancen en sus estrategias de ESG para los activos en cartera o futuros desarrollos.

El informe pone en evidencia que aún no se ha definido un marco de referencia mundial en torno a estos criterios; lo que hace muy complejo predecir requisitos y obligaciones futuras.

«El verdadero reto, en este momento, para inversores, empresas y propietarios del sector inmobiliario es comprender qué es exactamente lo que se debe hacer en cuanto a ESG y en consecuencia calibrar sus portfolios; en particular en todo lo que concierne a la descarbonización de edificios», comenta Mariano García-Montenegro, Managing Director de Arquitectura & Building Consultancy en Colliers.

Oportunidades de inversión

«El parque inmobiliario europeo deberá renovarse durante los próximos 25 años si queremos alcanzar el objetivo de Emisiones Cero en 2050, tal y como ha establecido la UE. Así, la inversión necesaria equivale a destinar durante esos 25 años el mismo volumen anual de inversión que el que registra toda Europa en el sector inmobiliario; esto es, unos 300 mil millones de euros al año. Queda por ver quién deberá asumir estos enormes costes de renovación; inversores, propietarios, gobiernos o la sociedad en su conjunto», señala Alberto Díaz, Managing Director de Capital Markets en Colliers. «Pero lo que ya está claro es que la transición sostenible creará una amplia gama de obligaciones; y generará nuevas oportunidades de inversión para la mejora de los activos inmobiliarios en todo el mundo».

En este sentido, el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) de la UE arroja algo de luz sobre su impacto directo en la inversión para la renovación de activos inmobiliarios. Pero, según Colliers, serán las regulaciones emergentes, como la CSRD de la UE (Propuesta de Directiva Europea sobre Divulgación de Información Empresarial sobre Sostenibilidad), las que estén preparadas para proporcionar una mayor claridad sobre los nuevos desafíos. Se espera que la Directiva entre en vigor en 2023; y que afecte en mayor o menor medida a casi todas las empresas del sector inmobiliario.

Transformación sostenible

«Educar a los equipos directivos sobre las nuevas responsabilidades derivadas de las regulaciones en materia de ESG será una parte vital de la transformación sostenible«, comenta Mikel Echavarren, CEO de Colliers. «Primará, cada vez más, la experiencia en ESG. Lo estamos viendo en las políticas de captación y gestión del talento de los líderes de la industria. Han empezado a nombrar responsables y contratar especialistas para gestionar y aumentar sus capacidades en esta área».

Colliers indica que, en los próximos 2 años, se van a producir ajustes a medida que se formalicen las métricas y los marcos de producción de informes ESG. Esto podría implicar una posible desaceleración en la actividad de las transacciones; cuando los inversores comiencen a exigir el cumplimiento total de criterios ESG en producto que no ha sido renovado. De hecho, según Alberto Díaz, «muchos inversores institucionales no van a poder comprar activos que no cumplan ya con esos criterios. Esto implica que tampoco van a encontrar comprador para aquellos activos que tengan en cartera y quieran rotar, sino cumplen esos criterios ESG».

Áreas de prioridad

«Es importante que los inversores comiencen a responder ahora, mejorando su comprensión del potencial de ESG en sus carteras, asegurando el talento necesario para su gestión y creando las alianzas óptimas para su aplicación», añade Mikel Echavarren.

«En este sentido, en Colliers estamos anticipando soluciones para nuestros clientes. Desde hace meses, junto a Balantia, nuestro socio especialista en descarbonización de inmuebles, estamos dando respuesta a la problemática de propietarios, empresas e inversores del sector inmobiliario respecto a la aplicación de los criterios ESG», continúa Mariano García.

Según el informe de Colliers, las áreas de prioridad para en el sector inmobiliario deben incluir:

  • Compromiso de los equipos directivos con los criterios ESG y su aplicación en todos los niveles de la organización.
  • Evaluación la capacidad de cada organización para hacer frente a los nuevos desafíos regulatorios en toda la cadena de valor.
  • Evaluación de la capacidad de los sistemas para capturar y procesar los datos ESG más relevantes.
  • Apuesta por el desarrollo de las capacidades de sus equipos ESG y refuerzo de las auditorías internas, tanto en sus organizaciones como en sus portfolios.

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