El centro comercial Abella, ubicado a 2 km del casco histórico de Lugo, se inauguró en diciembre de 2015, supuso una inversión de 89 millones de euros y en su apertura prometía ser un motor para la economía de la ciudad. Actualmente es propiedad de Aliseda Inmobiliaria –promotora controlada por Blackstone y el Banco Santander–. Cuenta con dos plantas sobre rasante con una superficie de 29.696 m2 y una superfice bajo rasante de 53.828 m2 distribuidos en tres plantas con capacidad para 1.700 plazas de aparcamiento.
Según anuncia la propietaria en su web, el centro dispone de estas principales locomotoras comerciales en funcionamiento: Cine Abella y Burger King como anclas de ocio, un gimnasio McFit, así como operadores consolidados de moda como Benetton y Chicco. Pero en realidad, parece que el único operador abierto es Burger King.
Historia de Abella
En 2015, se inaugura el centro comercial gracias a los 89 millones de euros gastados por Inversiones Abuín, expropietario del inmueble. Tan solo un año más tarde comenzaron los problemas. La bolera denunció a la propiedad por no haber solicitado la licencia que formaba parte del contrato. Una denuncia que acabó en los juzgados. A partir de ese momento se produjo una desbandada general y Abella se vaciaba poco a poco mientras los que resistían intentaban captar clientes con descuentos y ofertas fuera de temporada.
Entonces apareció Blackstone, fondo que compró el centro comercial en 2017 a través de Aliseda, de la que tiene el 51 % del capital –el otro 49 % es del Banco Santander–. La transacción trajo un poco de luz al centro porque la situación de los locales con respecto al tema de las licencias se había solucionado.
Pero durante estos últimos años el centro volvió a sufrir un goteo incesante de salidas hasta que los 60 locales quedaron vacíos en 2019 y el centro tuvo que cerrar sus puertas.
Ahora, Aliseda Inmobiliaria lo vende por 6 millones de euros, muy lejos de los 89 que invirtió la promotora durante su construcción.